La joven saltadora venezolana se ha convertido en la protagonista del nuevo capítulo inclusivo que nos ha dado los Juegos Olímpicos de Río 2016. Y es que esta deportista abiertamente lesbiana ha conseguido alzarse con una medalla que brinda por todo un país y por todo un colectivo.
En esa inmensa barra de bar virtual que es twitter hay espacio para todo. Incluso, hay espacios para hashtags tan desagradables que consiguen erizar la piel.
La semana pasada, uno de estos infames marcadores se convirtió en trending topic en varios países del mundo durante unas horas. Bajo el hashtag #GaysNoMerecenMedallas hubo una buena parte de tuits que se dedicaron a defender a la comunidad LGTB pero otra gran parte de los mensajes destacaron por su virulenta LGTBfobia.
La medalla de plata conseguida por Yulimar Rojas se ha convertido en el mejor antídoto para taparle la boca al odio y la discriminación.
La historia de Yulimar Rojas parece sacada de una película. El otoño pasado, la joven venezolana contactó con el saltador Iván Pedroso gracias a Facebook y el mítico saltador cubano le propuso viajar a Madrid para entrenar con él.
Desde entonces sus marcas han progresado de manera exponencial. Tanto es así que Yulimar se convirtió en la campeona mundial de triple salto más joven de la historia en los campeonatos de pista cubierta celebrados en Portland el mes de marzo pasado.
Ahora, la saltadora ha conseguido alzarse con una medalla de plata que sabe a gloria para todo un país y para toda una comunidad. Una presea que tiene el brillo de la inclusión y la diversidad y que se convierte en un ejercicio de visibilidad para el colectivo LGTB merecedor de la medalla de oro.
Jornada a jornada, los Juegos olímpicos de Río siguen confirmándose como los más LGTBfriendlys de la historia.